Estoy intentando escribir, y de seguro se nota, como aprender a caminar o a manejar bicicleta.
QUE AL PRINCIPIO ERA LA NADA
En realidad, lo escribí. Un texto empieza con algunas palabras. Uno escribe bien o mal, sentado o parado, con sueño y sin sueño. Pero lo hace y ya. Queda tinta real o no, sobre un fondo de luz, blanca, y así. Nací hace veinticuatro años, aproximadamente, con los pelos parados, no sé si llorando o si demoré en llorar, y esto lo digo para citar una escena de una película de Kurosawa en la que uno de sus personajes reclama que "uno nace llorando y muere cuando ya ha llorado lo suficiente...", pero esto es divagación, digamos,  de repente hasta nací riendo y ahora es así como paso los días. Tengo tres cervecitas red lager pequeñas, en la mesa, sin helar. Y ahora que voy a pasar por el túnel, se acaban las palabras.